viernes, 31 de octubre de 2014

espacio-tiempo

Cuando hablamos de “cronotopo” estamos haciendo referencia a un término que creó Mijail Bajtín (1895-1975). Bajtín fue un crítico literario, teórico y filósofo del lenguaje de la Unión Soviética.

Bajtín define al cronotopo como algo fundamental para poder comprender una obra, ya que a través de él se comprenden las relaciones espacio-temporales que se encuentran ocultas en las obras literarias. También, según Bajtín cronotopo corresponde a “la conexión de las relaciones temporales y espaciales, como unidad indisoluble y de carácter formal expresivo asimiladas artísticamente en literatura”. 


Un buen ejemplo de cronotopo es el de la película “Oslo, 31 de Agosto” (2011). Es una película que no había visto, pero al ver que era un claro ejemplo de cronotopo, la descargué para verla y estudiarla desde ese punto de vista (subtitulada, por cierto). Lo interesante de poner como ejemplo esta película es el hecho de que establece un cronotopo de dos tiempos distintos con un mismo espacio.

 El film está dirigido por Joachim Trier y pertenece al género de drama psicológico, centrándose en el tema de las drogas. La historia se centra en Anders (el protagonista) un drogadicto que está en proceso de desintoxicación, y que está en desacuerdo consigo mismo por las oportunidades que ha dejado pasar en la vida, entre otras cosas. A Anders le dan la oportunidad de salir de ese centro y viajar a Oslo para una oferta de trabajo, motivo por el cual el personaje vuelve a tener ilusión por la vida, ilusión por luchar y ser algo más que un drogadicto.

En la película, el espacio donde transcurre la historia es intersubjetivo, es decir, un espacio donde los personajes no sólo se comunican, sino que también aplican su conducta al entorno. El comportamiento de Anders no es el mismo en el centro de desintoxicación que cuando viaja a Oslo y recorre sus calles.
Si nos fijamos en el tiempo (que sucede el 31 de Agosto) es subjetivo, pertenece al protagonista, es decir, parte del personaje de Anders y se superpone a su presente. Anders lanza una mirada al pasado y se proyecta desde su presente a otras dimensiones temporales.

El guionista de la película consigue que con esta historia el espectador mantenga su total atención en el protagonista, acompañándolo con sus errores y sus aciertos, deseando que consiga la victoria en tan solo un día. Compartimos lo que está ocurriendo en esa historia, entendemos lo que está ocurriéndole a Anders a partir de la construcción de ese espacio-tiempo que tiene total sentido, que es verosímil.


La fecha que aparece en el título de la película es la fecha en la que el personaje protagonista decide suicidarse. En ese momento el curso de las cosas se suspende. Toda la película es un viaje al pasado a través del espacio presente, y ese espacio del presente es la ciudad de Oslo.


viernes, 17 de octubre de 2014

Mito

Con la aparición del pensamiento racional, y de su heredera la ciencia, los progresos han sido muy grandes. 
Lo que para aquellos hombre primitivos fueron enigmas, a día de hoy lo observamos como conciencia y conocimiento.
Estamos construyendo un mundo, en donde las fantasías etéreas del pasado salen de la ecuación para dar paso a la realidad, para dar paso a la evidencia.

Épocas de sequía, enfermedades, plagas… ¿sería aquello algún tipo de castigo?.
Así surge la creencia en el destino, como esa fuerza etérea que marca nuestras vidas. Todo lo que nos ocurre está ya escrito y no hay nada que podamos hacer para cambiarlo.  Hasta que en la antigua Grecia, Tales de Mileto inicio la revelación cognitiva que nos llevaría hasta lo que hoy en día entendemos por conocimiento basado en evidencia. Esto fue el paso del mito a la razón.
Con “el mito de la caverna” Platón se refiere a la situación del ser humano frente al conocimiento. Con este mito Platón intenta explicar la existencia de dos mundo:

-El mundo sensible, conocido a través de los sentidos.
-El mundo de las ideas, sólo alcanzable mediante la razón.

Platón planteó en su alegoría una taberna en la que permanecían desde su nacimiento, unos hombres prisioneros. Estos estaban anclados por el cuello y las piernas contra un muro, de forma que únicamente podían mirar hacia la pared de la caverna. Tras la pared en la que están anclados, hay un pasillo con una hoguera por el cual caminan unos hombres que llevan todo tipo de figuras que los sobrepasan, unas con forma humana y otras con forma de animales. Estos caminantes que transportan estatuas, a veces mantienen conversaciones que los esclavos oyen. Los cautivos, al estar anclados, no han visto nada más que las sombras proyectadas por el fuego en el fondo de la caverna y llegan a creer (al no tener otro tipo de educación) que aquello que ven no son sombras, sino objetos reales.
En este momento, Glaucón (el interlocutor de Sócrates) afirma que está muy convencido de que los encadenados considerarán las sombras como reales, ya que es lo único que conocen. Una vez que Platón ha comprobado que Glaucón ha comprendido la situación, le explica que si uno de estos cautivos  fuese liberado y saliese al mundo exterior, tendría graves dificultades en adaptarse a la luz del sol, por lo que para no quedarse ciego, buscaría sombras y más adelante iría acostumbrándose a mirar los objetos y finalmente descubría la belleza que compone el cosmos.
Asombrado, se daría cuenta de que puede contemplar con nitidez las cosas, el esplendor de las figuras….
En el mito, Platón hacer entrar de nuevo al prisionero al interior de la caverna, para que de la buena noticia a los prisioneros. Una vez allí, intenta explicarles que ha visto la realidad que ellos viven en un mundo falso de sombras. Los de abajo lo toman como un loco y se ríen de él. Los esclavos amenazaban al esclavo huido con que si les liberaba, le matarían.


En este mito, el ser humano se identifica con los prisioneros. Por otro lado, las sombras de los hombres y de las cosas que se proyectan son las apariencias (lo que captamos a través de los sentidos y lo que pensamos que es real).  El mundo sensible.
El mundo de las ideas sería el mundo que está fuera de la caverna y que los prisioneros no ven, en el cual, la máxima idea (la idea del bien), está representada por el sol.
El prisionero que logra salir de la caverna y conoce el mundo real es el que deberá guiar a los demás es el símbolo del filósofo.
“Solo aquellos capaces de superar el dolor que supondría liberarse de las cadenas y volver a mover sus músculos podrán contemplar el mundo de las ideas con sus inutilizados ojos”. Platón.
Platón nos muestra con su mito la pluralidad de su pensamiento.
Según el semiólogo Roland Barthes, el mito “no se define por el objeto de su mensaje sino por la forma en que se lo profiere: sus límites son formales, no sustanciales. Cada objeto del mundo puede pasar de una existencia cerrada, muda, a un estado oral, abierto a la apropiación de la sociedad, pues ninguna ley, natural o no, impide hablar de las cosas.”
También dice Barthes que el mito es “un habla elegida por la historia: no surge de la ‘naturaleza’ de las cosas. Este habla es un mensaje y, por lo tanto, no necesariamente debe ser oral; puede estar formada de escrituras y representaciones”.

El mitólogo está encargado de sacar de la caverna platónica a todos los lectores de mitos y limpiarlos de toda doxa. Cada elemento de la alegoría de la caverna de Platón tiene su correspondiente en la realidad: “El antro subterráneo es este mundo visible, el fuego que lo ilumina, la luz del sol; el cautivo que sube a la región superior y la contempla es el alma que se eleva hasta la esfera inteligible”. 

Confrontando las ideas de Platón con la propuesta de Barthes, las apariencias representan los metalenguajes que se han postrado sobre el primer plano de significación, o la esencia en Platón.

viernes, 10 de octubre de 2014

Hablemos de la ropa.

Si en la entrada anterior hablaba de que las palabras nos definen, en esta hablaré de la ropa como otro elemento importante que también nos define. 
La ropa muestra de alguna manera quiénes somos y con qué grupos sociales nos identificamos. A través de ella se marcan las diferencias que separan a las personas de diferentes culturas, capitales, grupos sociales… etc. ¿O no? Hablaremos de esto.

Con nuestra forma de vestir intentamos dar una imagen diferente sobre nosotros mismos a la sociedad, es decir, intentamos que a través de la forma que utilizamos para vestir la gente nos pueda calificar en el grupo social que nosotros elegimos. 
Por ejemplo, si yo visto con un polo de marca cara, unos pantalones arreglados y unos zapatos que también sigan esa línea, me etiquetarán como un pijo, un moderno y una persona con cierto nivel económico. Todo esto sin conocerme, sin conversar conmigo, pero mi ropa ya me ha puesto ante la sociedad esa etiqueta. La gente te mide por como te ves tu mismo, por como te vistes. ¿Esto es lo correcto? Mi respuesta es un “no”. 
Nuestra ropa no puede definir quienes somos actualmente, nuestra ropa define quién nos gustaría ser actualmente. Muchísima gente compra hoy en día “ropa falsa”, es decir, imitaciones de marcas importantes, ropa cara. Con esto que acabo de decir me puedo plantear las siguiente cuestiones: “¿nuestra ropa dice la verdad? ¿nuestra ropa refleja exactamente quienes somos?. Podemos prejuzgar y poner etiquetas, pero no podemos saber sin conocer a alguien, si la ropa que lleva lo define realmente o es pura apariencia.
La ropa comunica muchas cosas, manda mensajes muy potentes a nuestras audiencias. Por ello, cuando uno va a vestirse siempre debe preguntarse a sí mismo lo que realmente quiere proyectar en si mismo.
Para terminar la entrada, y recalcando que la ropa tiene importantes implicaciones en la percepción que tenemos de las personas, y que la ropa, aunque no queramos, siempre comunica, pongo un ejemplo de un rumor que ya tiene bastante tiempo: la portada de los Beatles “Abbey road”.



 Con esta portada se llegó a pensar que McCartney había muerto. El motivo era la organización y vestimenta del grupo en la fotografía, donde todos aparecen en fila y John Lennon con un vestido blanco de “predicador”, Ringo Starr de color negro vestido de luto como el “amigo del difunto”, Paul McCartney como el difunto y George Harrison como el enterrador.


sábado, 4 de octubre de 2014

Palabras.

“Lo característico del hombre no es la forma física, sino la palabra.” Jonuel Brigue.

Si retrocedemos en el tiempo y hablamos de la época en la que apareció el ser humano, era una época en la que no se utilizaban las palabras y en cambio, podían entenderse bien, ya que un simple ruido o sonido para ellos ya tenía un total significado. Un ejemplo para entender que los sonidos adquirieron significado antes que las palabras sería el siguiente: Cuando un miembro de una tribu cualquiera imitaba el sonido de un lobo todos los demás entendían a qué se refería con ese sonido, por lo cual, ese sonido ya tenía un significado. Pero después surge la palabra.

Desde hace tantísimo tiempo y a día de hoy, ¿para qué utilizamos las palabras? Ya sabemos que las palabras son la base para poder comunicarnos y entendernos, interactuar con otra gente, aprender cosas nuevas... pero, ¿cual es la verdadera importancia de cada una de esas palabras? Lo que realmente importa es el significado de cada una de ellas, lo que nos enseñan. Muchas veces decimos palabras y no sabemos cual es su verdadero significado… Por ellos, ¿entendemos realmente el significado de todas las palabras que decimos? No, claramente no. Palabras, palabras, palabras y más palabras salen muchas veces de nuestra boca y las soltamos casi sin pensar.

Personalmente opino que las palabras son el reflejo de uno mismo, las que usamos cada uno de nosotros nos definen y expresan realmente quienes somos, qué pensamos, qué sentimos. Como dijo en su día Chuang-Tzu (un famoso filósofo de la antigua China, 369a.C.) "las palabras son ráfagas de viento, pero al propagarse lo mismo pueden producir frutos que daño y ruina". Efectivamente, las palabras que decimos pueden tener muy buena o muy mala repercusión. Cuando hablamos podemos herir enormemente a alguien, al mismo tiempo que también podemos provocar el efecto contrario, podemos alegrar, animar, motivar a alguien... 



Y para terminar, me gustaría que vierais un video donde se refleja muy bien lo importante que es hacer un buen uso de las palabras, y no me refiero a hablar bien, sino a decir lo mismo pero con otras palabras y que tenga mucho más efecto. Es un video que vi por internet hace tiempo y me hizo pensar. 
Disfrutarlo.